Si bien sigue generando polémicas y muchísima resistencia por parte de dirigentes, directores técnicos y preparadores físicos, en los últimos tiempos la psicología deportiva ha experimentado un importante avance en Latinoamérica. Prueba de ello fue la realización en Buenos Aires desde el 18 al 20 de marzo del II Congreso Internacional de Actualización en Psicología del Deporte, organizado por la Asociación de Psicología del Deporte Argentina (APDA) y la Facultad de Psicología de la UBA.
Según Enrique Aguayo Chávez, psicólogo de larga trayectoria en el ámbito deportivo, en Chile hoy son “cerca de 40” los psicólogos que están trabajando en el área del deporte, y esto se nota “especialmente en el fútbol”, ámbito en el que “tres equipos profesionales cuentan con psicólogo y también la Selección Nacional Adulta”. Lamentablemente, ello está lejos de ocurrir en la Argentina, donde el rechazo a la presencia de psicólogos en el fútbol sigue siendo muy grande.
La filosofía nos dice claramente que el ser humano constituye una unidad psico-física. Tan importante como una buena preparación física, entonces, resulta no descuidar el psiquismo de los deportistas, lo que podría ayudar a mejorar el desempeño de dos clases de atletas que el brasileño Benno Becker Jr. define como:
1) Atletas que oscilan mucho en cuanto a su desempeño tanto en los entrenamientos como en las competiciones, o sea que son imprevisibles.
2) Atletas que rinden mucho en los entrenamientos (varios récords han sido rotos allí), pero cuyo desempeño en la competición se presenta por debajo de aquella actuación.
El psicólogo dedicado al alto rendimiento deportivo incursionará en el terreno de las presiones y los miedos que muchas veces -opina el Lic. Marcelo Roffé, presidente de APDA- “constituyen un freno real para el óptimo rendimiento”. Cada vez que aparezca una dificultad de este tipo, por ende, la intervención del profesional especializado será más que necesaria para dilucidar qué hay debajo del iceberg y ayudar al atleta a revertir la situación problemática, intentando que despliegue todas sus posibilidades y rinda al máximo dadas sus condiciones, edad, sexo y la disciplina en cuestión.
Según Enrique Aguayo Chávez, psicólogo de larga trayectoria en el ámbito deportivo, en Chile hoy son “cerca de 40” los psicólogos que están trabajando en el área del deporte, y esto se nota “especialmente en el fútbol”, ámbito en el que “tres equipos profesionales cuentan con psicólogo y también la Selección Nacional Adulta”. Lamentablemente, ello está lejos de ocurrir en la Argentina, donde el rechazo a la presencia de psicólogos en el fútbol sigue siendo muy grande.
La filosofía nos dice claramente que el ser humano constituye una unidad psico-física. Tan importante como una buena preparación física, entonces, resulta no descuidar el psiquismo de los deportistas, lo que podría ayudar a mejorar el desempeño de dos clases de atletas que el brasileño Benno Becker Jr. define como:
1) Atletas que oscilan mucho en cuanto a su desempeño tanto en los entrenamientos como en las competiciones, o sea que son imprevisibles.
2) Atletas que rinden mucho en los entrenamientos (varios récords han sido rotos allí), pero cuyo desempeño en la competición se presenta por debajo de aquella actuación.
El psicólogo dedicado al alto rendimiento deportivo incursionará en el terreno de las presiones y los miedos que muchas veces -opina el Lic. Marcelo Roffé, presidente de APDA- “constituyen un freno real para el óptimo rendimiento”. Cada vez que aparezca una dificultad de este tipo, por ende, la intervención del profesional especializado será más que necesaria para dilucidar qué hay debajo del iceberg y ayudar al atleta a revertir la situación problemática, intentando que despliegue todas sus posibilidades y rinda al máximo dadas sus condiciones, edad, sexo y la disciplina en cuestión.
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